LA PREVENCIÓN EN EL TRABAJO

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La empresa burgalesa Tetra5 atesora una de las siniestralidades más bajas del sector y esa cultura le ha valido ser finalista en los premios que celebra cada año a nivel nacional Mutua Universal

El sector de la construcción presenta uno de los mayores índices de percances en las rutinas habituales de trabajo dentro del territorio nacional. Así lo revela el último Informe anual de estadísticas de accidentes de trabajo en España en 2021. Las conclusiones del escrito del Ministerio de Trabajo son claras a la hora de colocar a la construcción como una actividad económica peligrosa, ya que fue el sector con mayor índice de incidencia, superando en más del doble la media de los censos sectoriales.

Una estadística que se puede revertir de manera sencilla si se minimizan los riesgos de los trabajadores, sobre todo de los más expuestos. Una tarea que recae en todos los eslabones de la cadena profesional, responsables del desarrollo de la actividad laboral bajo las mayores condiciones de seguridad posible.

En ese ámbito se engloban distintas acciones que pueden mitigar los riesgos que se sufren los trabajadores de la construcción. La primera y más clara de ellas es la identificación de los peligros que permita planificar una estrategia de seguridad eficiente, incluyendo medidas específicas como el uso de equipos de protección y la implementación de protocolos de seguridad.

En la misma línea, tanto el personal como los empleadores deben estar capacitados para el correcto uso de los equipos y herramientas. Los mismos que deberán contar con una pormenorizada y detallada inspección.

De ello saben bastante en Tetra5, empresa familiar dedicada al sector de la construcción desde hace más de tres décadas y que ha llamado la atención por su baja siniestralidad. Hasta el punto de ha- ber sido elegida para participar en la séptima edición de los Premios

Innovación y Salud que organiza anualmente Mutua Universal, donde fueron finalistas. «Para nosotros que una empresa de construcción burgalesa llegue a esa mención nacional es muy importante», asegura su gerente, Israel Gutiérrez.

«Siempre hemos intentado que la seguridad sea uno de los valores, junto a la calidad, que la empresa tiene muy claro. No ponemos valor económico a la seguridad», manifiesta Gutiérrez al mismo tiempo que recuerda la evolución y progreso de esta cultura donde en sus comienzos con su padre ponerse el casco «era ya un milagro».

Ahora son de las pocas empresas que tienen tornos de acceso automático a la obra lo que les permite tener un control de la gente que trabaja por si ocurre cualquier problema saber quién ha salido o no, realizar una evacuación o disponer de un punto de encuentro.

Unas medidas que se suman a otras sobre la gestión de la prevención en la construcción. Empezando en la seguridad en la propia obra, pasando por la gestión de proveedores y subcontratistas y terminando por el personal, el cual es sometido a un reconocimiento médico, fundamental para trabajar con ellos, y a una formación en materia de riesgos laborales. Todo, con la posesión de los EPIs correspondientes según su actividad.